jueves, 5 de agosto de 2010

LIBRO: COURSE TO ZION

Bueno, como el título bien dice, proximamente (después de haber abandonado durante tanto tiempo este blog) se colgará el link de descarga de un nuevo libro que tiene por título: "Course To Zion". Se trata de un libro dividido en dos, una de sus partes será la más humilde poesía que este servidor puede entregar y, la otra, una novela corta que resume muy bien la esencia de todo el tiempo (con sus comunes experiencas) que ha transcurrido hasta acabar el libro.

Poco más queda por decir, aun siendo minimamente, espero que disfrutéis con alguna de mis palabras.

GRACIAS.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Zigurat

Acaba por matar, entre el agua, un verso
a la simiente de mi espíritu, que si miente
sangra y opaca el baño, firmando: Marat.
Y del rojo al gris del puerto. Al partir, adverso,
al viento que se alza de forma estridente
en la esfera celeste del almicantarat.
Y yo, de roca y fuego, el maya, sin zigurat
que resigue el calendario apocalíptico
en la fragua de un dios soleado,
que aquel hueso en mi alma a vedado.
Yo, de mi pirámide asiria, críptico.
Y más nada que de mi pluma testigo.
Sin dios, ni ley; de amor mendigo.
Fue Licio: sol, rima, jefe de musas y futuros.
El agua, el polvo: mi tumba, mis muros.

La sangre, la llama; mi alma, mi abrigo

Periplo

A más ver, desazón, capitán araña.
Con el heroico pesar de Diodoro,
que de estrellas hice mi tesoro
y del respingo de Estrabón mi Bretaña.

Celtibero, ara gigante, con el lenguaje Castellano.
Y de viajes por Castilla, casi Leonés.
“Con la iglesia hemos topado, amigo mohicano”
Y su monje, lisiado, mi fue tornó a es.

Miguel, su nombre, de Lepanto torturado.

Y, los vientos, mi velero, sufrió con la fazaña
del culterano casi fino en disputa conceptual.
“En tu soberbia misma te detienes” gritaba con saña
el novísimo nombrado, al charco, con su verbal.

Desamigo del Dinero, compañero de la Tacaña.

Continué mi Odisea, de viajes y quimeras;
cruzando el Lete, el demonio, me habló de Dante.
“Adelante, si son nueve, nada más” Repitió Eneas
Y me hice al folio, con Virgilio por acompañante.

Hasta las Orillas del Duero, donde acababan las mareas.

Corto, Beatrice, se hizo el camino al Averno
Y, el murciélago, no me atemorizó gracias a Darío.
Que las Sesenta Flores Grises me pusieron tierno
y los Poemas de Amor, fueron sólo Veinte desvaríos.

En un viaje por mil mares, por cien mil cuadernos

El jardín de mi ventana

Sólo, para buscar pan de trastigo, saliendo,
el verso encabecé, de la cuita, en la estancia,
y allá fuera, Bosch, el Jardín de las Delicias;
y aquí dentro, amor, el Jardín que está sufriendo;
encarroñándose, mi cuerpo, en las húmedas ricias.
No son tiricias las pericias
ni fuego el aguardiente
escucha solamente
si por mí no habla el sonido, al cielo,
que quizás dueño no sea de sus cantares
y libre acontezca revestido de soleares;
que yo más peno y menos veo mi suerte
pues mayor no se me haya que besar el suelo;
y que el mar de mi Venus yace pestilente
por mucho que lo adornen las ardicias.

Adiós consuelo, adiós soñares, adiós mi muerte,
que peor que tú gabela es mi vida sin caricias.

Quebrada piñata

Férreo cansancio que marcha en desbandada.
Desvelado como la peineta de las ventas mal mandadas.
En las lonjas donde cupieron malhechores y piratas
que sacaron tajada de mis gamas y lisonjas.

¡Ay, mi felicidad, quebrada piñata!

Redobladura del rozar de los rocines de mi calma,
que arrastraran, las cabalgaduras, en sus alforjas,
rojas las tramas de las damas que desecharan gorjas
que mal cantaran, que tiempo ha, se embadurnaran
del mismo fango que cubriera mi jalma,
donde durmiesen mis sueños más que mi alma.

Noble mestizo

Soy el espasmo del viento contra la roca.
El lamento que cierra las puertas de tu boca.
Aquel perfil harmonioso abetunado.
El lobo que espera, a la luna, callado.
La luna loca que choca contra la peña.
La leña que enciende el chamizo.
El sol que enseña el camino desflorado.
Soy el traspié. El tentempié de la broca
que agujera un temor malacostumbrado.

Soy una calada a las vestiduras de un Dios odre
Un borde. Soy el desorden personificado.
Soy discorde al acorde que marca tu son.
Soy el redoble desacompasado.
El mandoble cobrizo, dejado.
El noble mestizo. El daño al cornizo.
El escurridizo corazón enamorado.

Memento

Entre resquebrajos de mortajas perdí mi elemento,
El único que me hacia subsistir entre cortinajes y mementos
Que cubrieron mi piel y forjaron mi tartaja,
Donde se raja mi alma en la cama del tormento.
Ay Bradomín falso esperpento,
Espero tanto de ti, suaves nubes
Que dieron al cemento. Mi fin.
Agua de rocío. Sabor del gentío.
Y sé que no sé que sé sonreír
Y sé que a veces me miento
Y sé que no sé que sé que es por ti
Y sé que cuantas veces supe
Que sabía morir, supe
Que sabia que estaba muerto.